El Recibimiento justo




Por fin un etarra ha tenido el recibimiento que merecía. En la tarde del martes salía de la cárcel gaditana de Puerto I Ignacio Fernádez Larrinoa. Siempre nos ha llamado la atención los recibimientos de los etarras que salen de chiqueros. En algunos pueblos se reunen en la plaza principal multitud de gente entregada, se han bailado aurreskus en homenaje del asesino y se han colgado grandes pancartas que cuelgan del ayuntamiento con la fotografía del sujeto en cuestión.

En este caso Ignacio no ha tenido tanta suerte; ha sido recibido entre insultos por víctimas del terrorismo, ha visto como nadie le esperaba y ha tenido que esperar media hora a un taxí que él mismo ha tenido que llamar. Ahí estaba Ignacio envejecido, barrigón y solitario. Viendo a su salida como ha tirado los mejores años de su vida mientras se ha cargado los mejores de varios inocentes. Con una humilde bolsa bajo el brazo, con la cara triste y humillado por la multitud, ha salido taciturno. Este sí que es un recibimiento justo.



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